El gigante de hierro
ARGUMENTO
La película comienza con la
entrada en la tierra de un robot gigante de hierro (como bien indica la película)
siendo solamente vislumbrado por un pescador, qué al narrar los hechos todos
tachan de loco alcohólico, todos a excepción de un niño de nueve años llamado Hogarth Hughes. Esa misma noche, mientras ojeaba una película
de miedo, escucha unos ruidos fuera de su casa, tras recordar la historia del
robot decide salir a investigar. Imagina su sorpresa cuando siguiendo un
rastro destrucción se encuentra con el Gigante de hierro, sería algo como: "Wow, ¡mi propio gigante de hierro!
¡Soy el chico más afortunado de América! ¡¡Este debe ser el descubrimiento más
grande desde, no sé, la televisión o algo así!!". Con esa inocencia infantil y tras salvarlo
electrocutarse vivo se crea entre ellos una potente conexión.
La película muestra un EEUU un poco paranoico debido en parte por el reciente
lanzamientos del Sputnik, hecho que no pasa desapercibido al inicio de la
película y en parte porque se encuentran en plena Guerra Fría (1957). Con
todo este panorama y debido a la llamada del pescador al gobierno de los Estados Unidos,
así como por los extraños sucesos provocados por el gigante, como por ejemplo
los mordiscos a los coches (a estas alturas debería aclarar que el robot se
alimenta de metal) se presenta en el pueblo Kent Mansley, agente del
gobierno estadounidense especializado en sucesos extraños que rápidamente
comienza a sospechar que Hogarth oculta algo.
Por otro lado, entre el Gigante, Hogarth y Dean, un artista chatarrero que
ayuda a alimentar y a esconder al gigante, continúa creándose una extraña y
encantadora amistad, donde le enseñaran al robot desde unas simples palabras
hasta llegar a diferenciar entre lo bueno y lo malo, con ayuda de los comics de
Superman, pasando por el concepto de la muerte y del arte. Un día, mientras
Hogarth jugaba con el Gigante con una pistola de juguete se activa el modo
destrucción masiva del robot, posteriormente Dean descubre que el robot solo
actuaba en defensa propia.
Todo se complica cuando Kent trae un contingente del Ejército de los EEUU
tras encontrar evidencias de la existencia del Gigante que acaba con el
lanzamiento de un misil a la ciudad de Rockwell.
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Como podemos ver prácticamente desde el inicio de la película el Gigante
no es un simple robot, de hecho de simple no tiene nada, es una IA totalmente
dotada de origen completamente desconocido, podría perfectamente pertenecer a
los rusos, así como provenir de una galaxia donde realmente existan una especie
de Gigantes de hierro que se alimentan de metal, a fin de cuentas no sería la
primera vez que lo vemos, así como nosotros oxidamos la comida para sacar todos
los nutrientes se ha descubierto unas bacterias que viven en el fondo de los
océanos que viven de la oxidación del metal, de hecho se conoce que actualmente
se nutren de titanio.
A lo largo de la película vamos conociendo a nuestro Gigante, en un primer
momento denota una gran inteligencia imitando y repitiendo lo que Hogarth le
dice, da la sensación de ser un bebé gigante, o por el contrario, alguien que
ha perdido la memoria.
Según va creciendo la relación con Hogarth y Dean podemos observar como el
Gigante es capaz, no solo aprender palabras, sino conceptos más complejos como
la muerte, cuando ve a un ciervo disparado, el arte, recordamos que Dean es un
artista de la chatarra, y como su curiosidad está siempre presente.
Gracias a Hogarth empieza a comprender conceptos como el bien y el mal, ayudado
de comics como el de Superman y gracias a ello, al final de la película se
sacrifica con tal de salvar el pueblo y en especial la vida de Hogarth.
Esto nos plantea un gran dilema moral, si en vez de haberse encontrado con una
buena persona como puede ser un niño, se hubiera encontrado con alguien no tan
interesado en que diferenciara el bien del mal se podría aniquilar prácticamente
el mundo entero con el Gigante ya que, aunque al principio podemos ver como
solo activa un proceso de defensa automáticamente, cuando cree que el niño está
muerto da la sensación de tomar él la decisión de entrar en modo combate, quizás
debido a la rabia de creer a su amigo muerto, detalle que nos sigue mostrando
la gran inteligencia del Gigante.
Esto nos lleva a pensar que, aunque en esta
ocasión ha salido todo bien, tener uno en la Tierra realmente sería un gran peligro.
Si algún gobierno se hiciera con el control del robot y le enseñara los valores
que mejor les convinieran sería la mayor arma de destrucción masiva conocido en
la Tierra.
Centrándonos más en el tipo de sistema nervioso
que procesa el robot podemos observar como no parece ser centralizado como el
de la especia humana, sino más bien distribuido, como es el caso de los pulpos.
Esto puede observarse tras la escena dónde cocha con un tren, queda destrozado
y comienza a llamar a todas sus partes para auto repararse. En ese momento podemos
ver una mano gigante de hierro vagando por la casa, que a parte de ir hacía el
origen de la señal que la llama, va parando a curiosear por todos lados.
Si te interesa
conocer más sobre el sistema nervioso distribuido puedes consultar el siguiente
enlace: https://science.sciencemag.org/content/293/5536/1725.10
En la actualidad la total mayoría de robots con IA se construyen partiendo la base de un sistema nervioso central. Tras ver esta película es normal preguntarse si estamos explorando todos los caminos hacía una IA o nos estamos centrando solamente en el modelo humano cerrando la puerta a grandes alternativas como podría ser un sistema nervioso distribuido.
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